Ricardo Claro nació en Santiago en 1934. Estudió en el Colegio Saint Georges y en la Facultad de Derecho en la Universidad de Chile, recibiéndose de abogado en 1958. Integró el Estudio de Abogados Claro y Compañía y fue profesor de la Universidad de Chile. Asesor económico del Ministerio de Relaciones Exteriores, fue Embajador Extraordinario ante Beijing y Coordinador de la Sexta Asamblea de la OEA en Santiago. Entre otras empresas dirigió la Compañía Sudamericana de Vapores, Viña Santa Rita, Cristalerías de Chile y Elecmetal, obteniendo numerosos reconocimientos por su labor empresarial, gremio al que representó en diversas ocasiones. Participó en instituciones benéficas y sociales, y dedicó tiempo y recursos a la cultura y la educación integrando, entre otras, la Corporación Cultural de Santiago, el Museo Colonial de San Francisco, y la Fundación Andes. La obra cultural de mayor proyección que emprendió, junto a su esposa María Luisa Vial, fue la creación de la Fundación Claro Vial y la apertura del Museo Andino.

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Luego de su fallecimiento en 2008 Monseñor Fernando Chomalí lo recordó como “un hombre apasionado, pasión que lo llevó a amar todo lo que fuese manifestación de la bondad, inteligencia y creatividad del hombre. Leal a sus principios, consecuente con su vivir, hizo un aporte significativo al país, que perdurará por mucho tiempo y se proyectará a las futuras generaciones. Fue un buscador que, con las alas de la razón y de la fe, se levantó en un original vuelo en búsqueda de la verdad para encontrar lo esencial, lo que importa en la vida.”