
MESTIZAJE HISPANO-MAPUCHE
La conquista española produjo un cambio drástico en la cultura precolombina y modificó sus costumbres. La labor evangelizadora, por ejemplo, produjo una conversión religiosa muchas veces aparente, ya que los pueblos siguieron vinculados a sus antiguas creencias bajo una superficial capa cristiana. No obstante, la llegada de nuevos cultivos como el trigo y la cebada, entre otros, hizo cambiar las costumbres alimenticias, lo mismo que la introducción de animales vacunos y caballares. Probablemente el caballo es la especie que más transformó la cultura indígena.
En lugares como el sur de Chile y Argentina, los Mapuche adoptaron este animal con tanto éxito que se transformaron en un pueblo ecuestre. Aprendieron velozmente su uso y manejo y desde fines del siglo XVI resistieron a la conquista hispana montando en sus caballos. Los reprodujeron tan abundantemente que pronto los vendían a ambos lados de la cordillera y controlaron plenamente el comercio caballar, pagado en monedas de plata. Con ellas los plateros fabricaron cabezales, estribos y espuelas, y una cantidad de otros objetos y atuendos.

EL HUASO. ARTE ECUESTRE CAMPESINO
El arte ecuestre de Chile tiene sus raíces en la cultura española y en la tradición ecuestre que desarrollaron los pueblos originarios después de la conquista. Ambas expresiones se fusionaron en una sola, en el marco de la vida rural que surgió en torno a la ganadería de los valles Andinos, desde la región de Atacama hasta la de Los Lagos.
La vestimenta del “huaso”, hombre de campo de Chile, es una lograda expresión de este mestizaje hispano-indígena. De ascendencia indígena es la manta, que proviene del “poncho”, ancestral vestimenta masculina americana. El hierro fue un aporte europeo a la cultura ecuestre. Con él se hizo armazones de montura, estribos y espuelas, características por su rodaja punteada, que tintinea musicalmente al caminar. Fue usual que los herreros decoraran sus obras con “ataujía”, antigua técnica artesanal que los españoles aprendieron de los árabes, y consiste en incrustar plata o bronce en una matriz de hierro. Distintivo del apero campesino son los estribos. Vinieron con el caballo, de Europa, y fueron originalmente de metal.. En Chile se popularizó el estribo de madera en el siglo XVIII y tuvo un notable desarrollo, alcanzando formas y decoraciones que admiraron a los extranjeros, como el artista bávaro Mauricio Rugendas que, hacia 1835, los reprodujo en sus pinturas